"Otro pais" Interact en el Clarin

Hoy por la mañana cuando llegué a mi trabajo, comenzé a leer el diario como todos los días y vaya sorpresa cuando me encontré en la página 43, en la sección de información general, del diario Clarín (el de mayor tirada de la República Argentina).  Me causó un agrado enorme, por ello me pareció interesante compartirla con todos ustedes. Leí toda la nota muy emocionado y descubrí lo grande que esta nuestra gran familia rotaria.  

Juan Ignacio Sierra (Presidente 99/2000) Rotaract Moreno (Distrito 4850) Buenos Aires - Argentina

LA INICIATIVA DEL INTERACT CLUB, DE VILLA ADELINA: Adolescentes solidarios con los indios wichís   
Viajaron 2.200 kilómetros para conocer de cerca la necesidad de los aborígenes * Y prometieron volver con ropa, útiles, comida y hasta un televisor   
JESUS RODRIGUEZ (Salta. Corresponsal) 
 Los chicos tienen 16 y 17 años. Viven en Buenos Aires, pero saben que en el norte del país hay comunidades aborígenes que están aisladas, que tienen muchas carencias, que les falta un montón de cosas, hasta las más básicas y elementales, para que sus vidas puedan ser dignas. Por eso viajaron para verlos y preguntarles en persona qué necesitan.   
    Después de recorrer en micro 2.200 kilómetros, durante 27 horas, desde Villa Adelina, los nueve adolescentes interactianos del Interact Club llegaron, acompañados por dos mamás, hasta los departamentos San Martín y Rivadavia, en el norte salteño. Para lograrlo, los chicos habían hecho fiestas, rifas y cenas con las que juntaron 800 pesos.   
    Así, Sabrina, de 16 años, Daniela (16), Jorgina (16), Carla (17), Flavia (16), Gabriela (17), Mariana (16), Yamila (17), y Miguel Pérez (17), llegaron primero a Tartagal, donde el Ejército los hospedó en el casino de oficiales.   
    Desde allí, junto con Emilio Ovando, presidente de la Federación de Escuelas Públicas de Tartagal, fueron hasta el Pozo La China y El Toro, a 210 kilómetros. Ese viaje se hizo en el acoplado de un camión, que no paró de sacudirse en los picados caminos que conducen hacia las comunidades.   
    Al llegar se encontraron con no más de diez familias criollas y aborígenes wichís. Vieron sus casas, casitas, muy precarias, que se pierden en medio de la desolación del monte.   
    A un costado, una pequeña escuelita. No sólo le faltan muebles y útiles, tampoco tiene luz. Pero pronto tendrá energía eléctrica. Así que los chicos anotaron, en la lista de necesidades, un televisor. Cuando lo traigan con el resto de las cosas en el viaje que piensan volver a hacer antes de fin de año, muchos de los aborígenes, en realidad casi todos, verán televisión por primera vez en sus vidas.   
Por ahora los aborígenes se entretienen con sus leyendas de "aparecidos", o de "luz mala", que les contaron a los chicos mientras el polvo siempre presente del monte les golpeaba en las caras.   
    Con todos los datos que apuntaron en las libretas y las fotos que tomaron, el Interact Club va a editar un libro que será distribuido entre todas las ramas del Rotary Club. El objetivo es recolectar fondos para comprar todo lo que estas comunidades necesitan. "Vamos a volver", prometieron los chicos en cuanto lugar visitaron. "Y no con las manos vacías", dijo Sabrina.   
Y en el proximo viaje volvieron con ropa, juguetes, comida, útiles, y muebles. 
 
Otro país   
El Rotary Club de Villa Adelina comenzó a ayudar a las comunides aborígenes del norte a mediados de 1997, cuando se enteraron, a través de una nota publicada en la página Gente Solidaria de Clarín, que una escuela wichí no tenía maestros bilingües.   
En la nota se contaba cómo es la vida de estas comunidades y eso llevó a que los chicos viajaran para ver con sus propios ojos todo lo que les hacía falta. Ninguno podía creer la Argentina que habían visto. Todos se conmovieron con "la mirada perdida de los indígenas, en la que sintetizan todo el sufrimiento".